Durante algo menos de dos meses hemos registrado minuciosamente nuestro consumo total de información: tiempo dedicado, hora del día y plataforma. Mientras uno de nosotros lo fiaba todo al diario impreso, unos 50 minutos, sin ver ni oír un minuto de radio o televisión, otra por el contrario ha superado holgadamente las cuatro horas de media frente a la tele o con la radio al fondo. La más joven de las tres personas que mostramos es la que menos interés ha mostrado por la actualidad: quizá ésa sea la única conclusión posible de una muestra tan diversa como la propia sociedad en la que vivimos.